martes, 8 de marzo de 2011

MAL DE AMORES...

Ciudad de México | Martes 01 de febrero de 2011
Renata Sánchez | El Universal

El cerebro nos engaña. Mantiene la ilusión del enamoramiento hasta por cuatro años con tal de que la especie se reproduzca y mantenga; al regresar a la realidad se puede sufrir una gran decepción. Aunque en temas del amor no todo es tan fácil de explicar, el llamado mal de amores o desilusión amorosa aqueja a toda persona que tras vivir un intenso enamoramiento sufre un desengaño que puede sumir a quién la padece en niveles de depresión patológicos al no resolver el duelo.

La psicoanalista Lara Durand explicó en entrevista que la desilusión amorosa es algo difícil de definir porque "cada quien vive el amor de diferente manera, por lo tanto cada quien vive la desilusión distinto. Depende mucho la razón de la desilusión, si fue por un rompimiento por infidelidad, o porque uno hizo algo inesperado que sorprendió y desilusionó al otro".

Lo único cierto es que para vivir una desilusión amorosa tuvo que existir esa "magia" que el enamoramiento causa entre dos personas. Sensaciones que ha decir del doctor Armando Ferreira del Departamento de Biología de la Reproducción de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa son similares a las que generan las adicciones.

"La manera en que actúan algunas drogas es como actúa la pareja a nivel cerebral. Las drogas estimulan ese centro de placer y produce una especie de adicción. De la misma manera en que la gente se habitúa a tomar una droga por el placer que le produce, así nos acondicionamos a tratar de estar en contacto con el ser amado porque produce placer.

"Cuando esta persona desaparece sentimos la frustración porque no hay esa liberación de dopamina y esa sensación de placer que produce el estar en contacto con la persona amada", explicó el especialista en ciencias biológicas.

La psicoanalista añadió que la desilusión no sólo se da con la pareja, sino con uno mismo, con el amor, con todo. La tarea es reconstituirse, vivir el duelo y superarlo.

"Nos desilusionamos de todo. Muchas veces le echamos la culpa al otro, pero habría que ver lo que hicimos para ocasionarlo o si formamos parte de eso otro que hizo el otro. Mucha gente se desilusiona del amor, de tener una relación, es parte del proceso, es normal", dijo.

Sentimientos encontrados y cómo afrontarlos

La ilusión se rompió. Los mecanismos de la naturaleza para cegar aquello que no nos gustaba en la pareja concluyen. El enamoramiento entendido como una serie de respuestas instintivas y no racionales que forman parte de la atracción sexual puede transformarse en amor o simplemente terminar, con hondas heridas de por medio.

"Muchas veces, al principio hay mucho enojo, la tristeza a veces encubre el enojo, pero hay que sentir el enojo para poder superarlo. Sino se siente el enojo se dice que hay un duelo no resuelto. El chiste es que la persona logre enojarse, obviamente tratando de poner todo en palabras y no actuarlo. Osea por ejemplo, si yo troné con mi pareja y ya salió el enojo, no me va a servir de nada irle a gritar o emborracharme o hacer algo así, eso sería actuarlo y la única persona perjudicada sería yo", explicó Durand miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México .

Durante la desilusión se experimenta tristeza, enojo, coraje, odio, frustración, nostalgia. Los buenos recuerdos pueden producir un llanto interminable en quién lo vive o incluso considerar dejar atrás los problemas y volverlo a intentar. Las causas que rompieron el encanto generan otros sentimientos negativos igual de intensos.

Como en todo proceso de pérdida se vive un duelo. El primer paso es afrontar que algo se rompió y superar la negación. Después se viven otras cuatro etapas que pueden variar en orden o incluso ser simultáneas.

La negociación implica tratar de hacer trueques para que regrese la persona o pedir tener la suficiente capacidad para detectar el engaño y no volverlo a vivir. El enojo se dirige desde la pareja, hasta uno mismo y el mundo, es la parte más intensa pero se debe vivir y superar.

Le sigue la identificación con la persona perdida "se mantienen muletillas, sigo escuchando el tipo de música que le gustaba al otro aunque necesariamente a mi ya no me gusta, sigo teniendo los mismos gestos, es para mantenerlo un ratito más", explicó la psicoanalista.

Finalmente viene la aceptación , el hacer consciente que ya no está esa persona y se debe reencontrar a sí mismo y generar un proyecto de vida propio.

"La única forma de superar estos sentimientos es viviéndolos y sintiéndolos. Sintiendo la tristeza de algunos recuerdos, sintiendo la felicidad de otros. No podemos controlar lo que estamos recordando y mucho menos lo que estamos sintiendo, muchas veces nos llega el recuerdo por algún olor, por algo que estamos comiendo, por alguna situación y no hay de otra más que vivirlo y sentirlo y decir esto me recuerda a tal persona que ya no está, me hizo sentir triste, manejarlo y continuar", dijo Durand.

El proceso es elaborar para no repetir. Al decirlo en voz alta poco a poco hacemos consciente de lo que pasó en la relación, expresamos los sentimientos y los comprendemos. Con la terapia o al hablarlo "se cae en razón y se da cuenta de cosas que había hecho que quizá no había visto. Al hablarlo se puede llegar hasta cambiar conductas".

Ni el tiempo cura todo, ni un clavo saca a otro

Muchos pensaríamos que darle tiempo al tiempo, dejar que la tristeza y enojo pasen serviría. Incluso muchos recomiendan relacionarse con otras personas para olvidar al ser amado que nos desilusionó; pero los especialistas niegan que esto pueda ayudar.

"No es tanto el tiempo, más que nada es hablar lo que pasa, lo que pasó, no solamente actuarlo, tratar de no actuarlo. Lo mejor es vivirlo, hablarlo y sentirlo", dijo Lara Durand.

Durand explicó que actuar así significaría tener conductas que son a nivel inconsciente, que nos daña y alarga el duelo.

"Muchas veces cuando hay una ruptura de una pareja ‘El otro va y choca, como sin querer' esa es una forma de actuar el enojo o la tristeza que se está sintiendo o emborracharse "para olvidar" o ser muy agresivo, todo este tipo de cosas donde no se habla y se actúa, en eso no se supera nada", explicó.

"No se puede generalizar. No es lo mismo de una persona que haya convivido 50 años, a una relación de un mes. Aunque hay personas que viven la desilusión amorosa con igual intensidad", señaló el doctor Armando Ferreira.

Sobre si es recomendable empezar una relación u otras durante la desilusión amorosa, ambos especialistas dijeron que dependía de la persona, pero que se podría correr el riesgo de que se hiciera sólo por despecho sin superar el duelo.

Para Durand separar lo sexual de lo afectivo es difícil, pues "en algún punto hay algún sentimiento", lo importante sería hacer consciente el porqué se haría.

Los expertos coincidieron que se podría caer en una espiral de relaciones disfuncionales.

"Desde el punto de vista muy práctico serviría relacionarse con otros. La cosa está en que, y esto se da en ciertas personas, si una persona se va a enamorar de otra y cada vez que se enamora su cerebro lo engaña y cree que la pareja tiene las características ideales aunque no sea cierto, el remedio no sería un remedio funcional porque entraríamos de depresión en depresión. Existen personas que en eso caen y se establece una relación adictiva sino tiene una pareja cree que no vale la pena", explicó Ferrerira.

Es importante buscar ayuda profesional si el enojo o la tristeza se convirtieron en depresión. Generalmente el dolido es el último que se da cuenta, aseguró la psicoanalista Lara Durand.

" Si no se está superando es vital acudir a psicoterapia, porque nos puede afectar a largo plazo más de lo que nos damos cuenta. Podríamos no tener una relación de la misma intensidad, no confiar en el otro, no dejarnos querer; es importante darse la oportunidad hablar con alguien objetivo, que no forme parte de esa persona, para que se pueda dar cuenta de lo que está pasando realmente", dijo Durand.

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